Honduras, epicentro del Universo
Por: Segisfredo Infante

Por de pronto Honduras ha traspasado las fronteras nacionales como el
lugar en donde ocurren sucesos horrendos. Ya desde mediados de los años
setentas el nombre de nuestro país se había hecho famoso por asesinar y
enterrar a las personas en los pozos de malacate. Hoy alcanzamos
alturas de pésima fama por las tragedias repetidas en los centros
penitenciarios y los crímenes de cada semana. A tal grado que ya se ha
olvidado que en este país nacieron José Cecilio Díaz del Valle y Rafael
Heliodoro Valle, para sólo recordar dos nombres insignes. El primero de
estos personajes, según el hondureño Ramón Oquelí y el historiador
guatemalteco Mario García Laguardia, es el centroamericano más ilustrado
que tuvo “mayores ambiciones intelectuales” en todo el continente
americano, en los comienzos del siglo diecinueve. Y el segundo, es decir
el poeta Heliodoro, fue el periodista más conocido en México y en toda
Hispanoamérica, a mediados del siglo veinte. Que conste que a algunos
políticos y supuestos educadores hondureños se les olvida, con asombrosa
facilidad, la existencia de aquellos hondureños ejemplares.
La primera objeción que se podría levantar en contra de nuestra
propuesta exhibiendo, quizás, altanería, realismo y ridiculez, es que
Honduras es un país altamente violento, geográficamente pequeño y con
una capacidad productiva insignificante. La segunda objeción, con más
sentido que la anterior, es que la actual clase dirigente hondureña es
caótica, incoherente, insensible, acomplejada, mal hablada y con escaso
sentido de nacionalidad. Habría otras objeciones para otros momentos de
mayor extensión discursiva. Ante la primera réplica estaríamos en la
obligación de recordar que en pequeñas porciones geográficas del mundo
ya han existido, pese a las adversidades, potencias mundiales, ya sea
desde el punto de vista cultural, económico, científico, literario o
tecnológico. Algunos de los nombres imborrables son naciones físicamente
pequeñas como Grecia, la ciudad-puerto de Alejandría, Bizancio,
Holanda, Inglaterra, Japón e inclusive Suiza, cuyas historias, artes,
ciencias, manufacturas y pensamientos, han incidido en el resto de la
producción material y espiritual de la humanidad. Habría que recordar,
además, que las primeras civilizaciones y culturas de trascendencia
universal se localizaron en las pequeñas ciudades-Estados del Cercano
Oriente. Y que la refinada civilización maya-copaneca estuvo situada
dentro de lo que hoy es el occidente de Honduras.
Nada se pierde con imaginar que algún día lejano nuestro país podría
convertirse en un epicentro telúrico, pacífico y positivo, de alcances
universales. Hay algunas ventajas geográficas y climatológicas, y
algunos repuntes intelectuales que llevan a esbozar esta hipótesis
cargada de prospectivismo de largo plazo. Naturalmente que se
necesitaría, como dijimos en el primer párrafo, el aparecimiento de un
nuevo tipo de lector y productor de ideas, poseído del espíritu de
perspicacia, profundidad, seriedad e imaginación, ya sea en los terrenos
de la filosofía, la economía, la ciencia y la literatura, en tanto que
hoy por hoy da mucha pena observar la proliferación de seres humanos
ensoberbecidos que se han convertido en máquinas automáticas
reproductoras, sin ningún discernimiento individual o colectivo, de todo
aquello que se produce en toneladas en otros espacios del mundo.
Es verdad que hoy Honduras medio pesa. Pero pesa por sus cosas
negativas y por el contingente de guasones y difamadores descubiertos,
en los comienzos del siglo veinte, por los escritores Froylán Turcios y
Paulino Valladares, quienes a pesar de sus grandes diferencias
descubrieron que aquí abundan los que se burlan de todo sin hacer
aportaciones. Pero también Honduras pesa por sus enormes potencialidades
para el desarrollo integral.
Nosotros hilvanamos esta propuesta imaginativa de una Honduras
instalada en el centro positivo e irradiante del Universo, sin importar
para nada que otros adopten la misma idea, sin siquiera citar la fuente
intelectual que se las haya proveído. De todos modos esto mismo ha
venido ocurriendo en los últimos veinte años, porque hay gente que ha
escalado altas posiciones tomando nuestras propuestas. Nuestra hipótesis
ha sido hilvanada desde la pura racionalidad intelectual. Con nada de
esoterismos improvisados.
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